Las últimas reformas fiscales han traído un mayor apoyo a las microempresas y ventajas para el fomento de la capitalización empresarial

19.03.2024

BSK Legal & Fiscal compartió en las páginas de Diario Vasco el domingo, 17 de marzo, su análisis sobre el efecto de las reformas fiscales de 2014 y 2018, así como sus grandes aciertos y nuevas mejoras a observar en ambos tributos de cara a la próxima reforma.
 
Resumimos el análisis realizado por David Hermo, Socio de BSK Legal & Fiscal, en cuatro puntos:
 
¿Qué valoración general realiza de la reforma fiscal realizada en 2014 y 2018 en IRPF y Sociedades?
 
Para las empresas, la reforma de 2014 aportó novedades interesantes, entre las que destacaría el apoyo a las microempresas y las ventajas fiscales para el fomento de la capitalización empresarial con un triple objetivo: reducir el endeudamiento, fortalecerse para prevenir pérdidas futuras y destinar recursos a la inversión en bienes productivos o en empresas emergentes. Y ya en 2018, se abordó una segunda reforma parcial poniendo el foco en conseguir un tipo impositivo que fuera competitivo para las empresas en un mundo globalizado. Como contrapeso, para no dañar la recaudación, se introdujeron una serie de limitaciones en el ritmo de aprovechamiento de los incentivos fiscales.
 
Por su parte, en la tributación de las personas físicas se puede destacar la progresividad del impuesto, con aplicación de tipos impositivos más altos para los contribuyentes que generan más rentas, en sintonía con los cambios que se han producido en nuestro entorno, y el mantenimiento de incentivos fiscales clásicos como los relativos a la vivienda o a las EPSV.
 
Merece especial atención lo pionera que ha sido la normativa guipuzcoana para recoger medidas fiscales innovadoras en áreas como la sucesión de la empresa familiar, el arraigo, el emprendimiento, la innovación o la atracción del talento.
 
¿Cuáles han sido los grandes aciertos de aquellas reformas?
 
En términos generales, podemos afirmar que la normativa tributaria está cumpliendo con su función de que tanto empresas como personas físicas tengan un esquema impositivo justo, que fomente el progreso, y sin menoscabo de los ingresos públicos necesarios para ofrecer a los ciudadanos unos servicios de calidad. En un contexto de post-pandemia y de crisis energética, la recaudación fiscal ha subido y no se observan grandes desventajas competitivas si nos comparamos con los territorios vecinos.
 
¿Cuáles han sido los puntos más débiles?
 
El sistema fiscal es un juego de equilibrios y, al plantear unos incentivos, normalmente hay que hacer recortes por otro lado.
 
Entre los recortes, destacaría que hay determinados incentivos que se construyen con una multitud de requisitos que, a la postre, dificultan su cumplimiento y, por ello, no llegan a ser aprovechados por los contribuyentes. Además, en un contexto de buena recaudación fiscal, convendría reducir las limitaciones que existen para compensar las pérdidas de años pasados, los cuales no han sido buenos por los problemas por todos conocidos.
 
En el ámbito formal, destacaría la digitalización de la Administración y de los procesos de los contribuyentes, lo cual tiene sus luces y sombras, en especial, con el TicketBAI, que siendo un proyecto pionero ha supuesto un cambio radical para el funcionamiento de muchos empresarios.
 
Y no podemos olvidar los impuestos que gravan el Patrimonio de las personas físicas, que quedaron hace tiempo obsoletos en la fiscalidad internacional y que, siendo poco relevantes en la recaudación global, generan mucha expectación social, alejando a posibles inversores extranjeros y desincentivando el arraigo.
 
¿Qué medidas serían necesarias en ambos tributos en la próxima reforma?
 
Considerando que los mimbres actuales son buenos, no parece necesaria una reforma fiscal de gran calado, pero sí conviene hacer una reflexión sobre cómo determinados aspectos que nos preocupan pueden ser abordados por la política fiscal:
 
1. La crisis demográfica: con posibles incentivos en el IRPF para el cuidado de los descendientes.
 
2. La incorporación de trabajadores/as al mercado laboral: con medidas tanto para las empresas como para los trabajadores/as que accedan por primera vez al mercado laboral en Gipuzkoa.
 
3. El problema de las pensiones: cómo fomentar el ahorro privado.
 
4. La utilización de las tecnologías limpias: mayores incentivos en el IRPF para la compra de bienes eficientes energéticamente.
 
5. El apoyo al emprendimiento, a la innovación, al crecimiento del tejido empresarial y, en general, recompensar el esfuerzo y la asunción de riesgos.
 
6. Una adecuada adaptación a las normas internacionales que van a afectar a los grandes grupos empresariales presentes en Gipuzkoa.
 
7. Una simplificación de las normas jurídicas y de los procedimientos administrativos para que sean comprendidos por los contribuyentes y puedan sacar provecho de los incentivos a los que tienen derecho.