Han pasado ya casi nueve meses desde que entrara en vigor la Ley de Secretos Empresariales con el firme propósito de mejorar la eficacia de la protección jurídica de los secretos empresariales. Se trata de una nueva ley a todas luces imprescindible teniendo en cuenta la creciente exposición de las empresas a prácticas ilícitas que buscan apropiarse de sus intangibles, tales como el robo, la copia no autorizada, el espionaje económico o el incumplimiento de los compromisos de confidencialidad.

Las empresas son cada vez más conscientes de que los secretos empresariales pueden tener tanto valor como los intangibles protegidos a través de derechos de propiedad industrial e intelectual y constituyen una pieza clave de su competitividad y la nueva ley debiera ayudar en esta concienciación.
Sin embargo, para poder beneficiarse de la protección reforzada del secreto empresarial, ésta exige proactividad a las empresas, a saber,  que adopten medidas concretas necesarias para asegurar el carácter secreto de su información y naturalmente, que llegado el caso puedan probarlo en un procedimiento judicial.

Es por ello que la aplicación de Protocolos de Implantación de Medidas de Protección de los Secretos Empresariales va a constituir un factor determinante en el éxito de las empresas. Estos protocolos permiten la identificación y clasificación de los secretos, la definición e implantación de las medidas de protección adecuadas, así como el control y revisión de su grado de cumplimiento, y todo ello con los objetivos de proteger los secretos propios pero también evitar ser responsables de la infracción de los secretos de terceros.

En este contexto, y en aras de divulgar las claves y retos de esta nueva realidad, los expertos en la materia de BSK Legal&Fiscal, Alaitz Gonzalo, María Eguren y Jon Somocueto, abogados del Departamento Procesal, Mercantil y de Nuevas Tecnologías, respectivamente, tomaron la palabra el 22 de octubre en una jornada organizada por ADEGI para ponderar precisamente el alcance de esta nueva ley, aclarar las dudas que a día de hoy continúa generando entre el tejido empresarial vasco y poner una serie de recomendaciones encima de la mesa.