Algunas pistas para superar la crisis

14.06.2020

 Es necesario recuperar cuanto antes un nivel de actividad que permita que el circuito de los impuestos habituales siga en marcha”. Esta afirmación se enmarca en un reportaje realizado por Diario Vasco bajo el título ´Recetas para salir de la peor crisis` en el que BSK Legal&Fiscal respondía a varias preguntas trasladadas desde el citado medio de comunicación y relacionadas con el ámbito recaudatorio. Recogemos las respuestas dadas en representación del Despacho por Iñaki Berriozabal, abogado y experto fiscal.

 
¿Qué medidas fiscales necesita Euskadi para paliar el impacto de la crisis?
 
Es necesario recuperar cuanto antes un nivel de actividad que permita que el circuito de los impuestos habituales siga en marcha. Nos referimos fundamentalmente al IVA del consumo y de la actividad empresarial, el Impuesto sobre Sociedades que pagan las empresas y las retenciones y cotizaciones de los trabajadores/as. 
 
En esta primera fase de contención y mitigación de la pandemia se han tomado medidas a corto plazo y temporales generando liquidez mediante del aplazamiento de impuestos, acelerando las devoluciones, flexibilizando el cumplimiento de requisitos, permitiendo tener cuenta las pérdidas de 2020 para reducir los impuestos que se pagan este año con cargo a los beneficios de 2019 (el “carryback”) y tratando de reactivar la economía mediante el fomento del empleo y las inversiones.
 
Así, una situación de contención prolongada en el tiempo va a requerir de más acciones fiscales para apoyar a las empresas, ya que está por ver si van a ser capaces de soportar los riesgos de liquidez y solvencia. En especial, se debería dar prioridad a las empresas en las que existe riesgo de pérdida de empleo, a fin de limitar los efectos adversos en los hogares y el consumo.
 
Como medida general, deberían no tocarse los tipos impositivos al alza. El sistema fiscal necesita cierta estabilidad y no debe desincentivar el fomento del empleo y de la economía.
 
En el Impuesto sobre Sociedades una posibilidad sería adoptar una compensación de pérdidas plena, de tal forma que en 2021 se puedan recuperar los impuestos pagados durante 2020 por el beneficio de 2019, si es que al finalizar el 2020 ha habido pérdidas.
 
En el IVA sería interesante mantener un plazo corto para las devoluciones o facilitar el acceso de las empresas a un sistema de “caja” en el que se ingresa el IVA cuando se cobra del cliente.  
 
Por último, a efectos de fomentar el consumo, también habrá que apoyar a los hogares con menores ingresos, en particular mediante mecanismos de probada eficacia, como deducciones fiscales en el IRPF en función de los ingresos obtenidos o sobre el número hijos/as.  
 
¿Qué impuestos habría que subir o bajar y en qué grado?
 
Se podría considerar la posibilidad de reducir temporalmente los tipos impositivos o de eximir a algunas empresas o personas de impuestos específicos. Pero no es una mera cuestión de subir o bajar impuestos sino de adaptar y mejorar los que tenemos a la realidad económica existente, así como adoptar las medidas de estímulo adecuadas para los sectores, personas y actividades que se quieren proteger o estimular.
 
A raíz de esta crisis, Francia y Alemania publicaron un comunicado en el que consideraban que seguía siendo prioritario lograr una fiscalidad justa en la UE. En dicho comunicado se proponía la introducción de una fiscalidad mínima efectiva, que es un concepto que en el País Vasco ya se aplica en la tributación de las empresas; una fiscalidad justa de la economía digital dentro de la UE que grave realmente la actividad de todas las plataformas y operadores de este sector, así como el establecimiento de una base común de impuestos corporativos. Es decir, una misma forma de calcular la base imponible sobre la que tributan las empresas.
 
Consideramos que esa línea de actuación junto las medidas fiscales de estímulo económico adecuadas puede ser el camino correcto.
 
¿Qué opinión le merece la propuesta de una subida generalizada de impuestos?
 
Es una alternativa que está encima de la mesa y que suscita un debate interesante. Se plantea, entre otras cuestiones, un recargo adicional de impuestos temporal y que el dinero obtenido se destinase exclusivamente a hacer frente a unos fines concretos, principalmente devolver la deuda que se haya solicitado para salir de la crisis.
 
Esta propuesta encaja con la recomendación de la OCDE de explorar y evaluar este tipo de medidas, aunque dicho organismo deja claro que los esfuerzos para restablecer las finanzas públicas no deben llegar demasiado pronto y que conviene restablecer primero el nivel de ingresos de los contribuyentes.
 
Es lógico pensar, por lo tanto, que lo prioritario es recuperar los ingresos y beneficios sobre los que se calculan los impuestos, más que hacer retoques al alza de los tipos impositivos.
 
¿Está de acuerdo con la intención de crear un impuesto para los ricos?
 
No es una propuesta nueva y su efecto es limitado. El Impuesto sobre el Patrimonio, o cualquier otro equivalente aplicable a las grandes fortunas, no son práctica habitual en Europa y están en desaparición desde hace años. Apenas quedan dos o tres países que los usen y no es precisamente por una cuestión de tendencia política. Simplemente generan controversias jurídicas como la posible doble imposición al gravar un patrimonio que ya pagó impuestos en su obtención y problemas económicos al desincentivar el ahorro en determinados bienes o la huida de algunos contribuyentes a otros territorios.
 
Por otro lado, financieramente este tipo de impuestos resuelven poca cosa, por ejemplo, en el presupuesto fiscal del País Vasco el Impuesto sobre Patrimonio supone 169 millones de euros, sobre un total recaudado en impuestos de 15,5 millardos de euros, es decir un 1,09%.